Día Internacional de la Alimentación: una visión sobre los recursos pesqueros

¡Buenas Oceanógraf@s!

Hoy, 16 de octubre, es el Día Internacional de la Alimentación. Uno de los objetivos de este día es aumentar la conciencia pública de la naturaleza del problema del hambre en el mundo. Actualmente, el pescado aporta la proteína diaria necesaria en la dieta de 3.000 millones de personas  y continúa siendo uno de los productos alimenticios básicos más comercializados. En un día como el de hoy, desde la AOA queremos alertar de la problemática de la sobreexplotación pesquera actual y la necesidad de trabajar en planes de gestión que impulsen un consumo y pesca sostenible, potenciar las artes de pesca artesanales, y la repartición equitativa de los recursos pesqueros a nivel mundial.

Naciones Unidas se plantea el objetivo de acabar con el hambre en el mundo para 2030. Por su parte, WWF pide a los responsables de tomar decisiones que den prioridad a la mejora de la gestión de la pesca en sus planes de acción para asegurar una distribución justa y equitativa de este recurso en el futuro. La preocupación se centra sobre todo en la distribución de las capturas mundiales. A escala mundial, hay cada vez más personas que dependen del pescado como alimento esencial. El aumento de población que se espera en un futuro va de la mano de la disminución de los stocks pesqueros. Esto se hace especialmente importante para las personas de países en vías de desarrollo que dependen de la pesca o como fuente de alimento y medio de subsistencia.

La sobreexplotación de los recursos pesqueros está aumentando progresivamente, capturándose de forma insostenible un 31 % en 2013 y aumentara al 33 % en 2015, según  cifras difundidas  la  Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Según la FAO,  un alarmante 31,4% de las poblaciones de peces están sobreexplotadas, el 58,1% están plenamente explotadas y sólo el 10,5% de las poblaciones de peces están infraexplotadas. Las peores áreas siguen siendo el mar Negro y el mar Mediterráneo. Por tanto, el rápido aumento de la demanda de pescado para una creciente población mundial sólo puede cubrirse a través de un aumento de la producción en acuicultura, según informe de la FAO.

Los océanos constituyen seguramente la última gran reserva de vida salvaje del planeta, y la ictiofauna es un componente importante ya que casi definen la mitad de los vertebrados descritos. Pero también constituyen un pilar social y económico en muchas áreas del planeta. Pesca y acuicultura no son sólo una fuente directa de alimento, también son el medio de vida de cientos de millones de personas, por lo que el colapso de los océanos alteraría considerablemente la economía global.  El Código de Conducta para la Pesca Responsable, elaborado por FAO en 1995, aporta el marco necesario para desarrollar una pesca y acuicultura sostenibles, mediante planes de acción internacional, estrategias y directrices técnicas. Pero es igualmente importante concienciar al consumidor del impacto ambiental y social de sus decisiones diarias. Iniciativas como la declaración del 21 de noviembre como Día de la Pesca o la app para móvil AppliFish, con las que el consumidor  pueda saber si el pescado que pensamos comprar es una especie protegida, son instrumentos clave para difundir y facilitar a la sociedad la importancia en la decisión de su consumo.

Existe aún un largo camino por recorrer, ya que la humanidad no puede permitirse colapsar el sistema. Se debe llegar a un camino en el quememos personas dependan de la pesca y la acuicultura para obtener alimento e ingreso económico. Tal y como apunta WWF, se deben integrar todas las partes implicadas en una explotación pesquera sostenible, que asegure las necesidades socio-económicas de las comunidades pesqueras y la conservación de la biodiversidad oceánica para beneficio de próximas generaciones.

Post by Luis G. Egea

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